¿Es grave tener pólipos en el colon?

El cáncer colorrectal es uno de los tipos de cáncer más frecuentes, afectando tanto a hombres como a mujeres. Su detección precoz es importante ya que mejora la supervivencia.
¿Te han diagnosticado pólipos en el colon y quieres saber si deberías preocuparte? En este artículo te explicamos qué son exactamente los pólipos en el colon, si son benignos o no y cuál es el tratamiento de elección cuando se detectan.
Qué son los pólipos en el colon
Los pólipos de colon se producen por un crecimiento anormal de las células en el revestimiento interno del colon o recto. La mayoría de los pólipos son benignos, aunque algunos con el tiempo pueden malignizar.
Síntomas de pólipos en el colon
Los pólipos no suelen dar síntomas por lo que se necesitan pruebas diagnósticas como la colonoscopia para su detección.
De forma infrecuente, los pólipos de mayor tamaño pueden llegar a producir síntomas como sangrado rectal, dolor abdominal, estreñimiento o diarrea.
¿Es habitual que las personas tengan pólipos en el colon?
La frecuencia de los pólipos de colon aumenta con la edad; en España se estima que más del 40% de personas mayores de 50 años tienen pólipos en el momento de la colonoscopia.
Tipos de pólipos
Existen diferentes tipos de pólipos del colon y no todos tienen la misma capacidad de malignizar.
Pólipos adenomatosos
Los pólipos adenomatosos son los más frecuentes, se consideran lesiones precancerosas. El riesgo de malignizar aumenta cuanto mayor es su tamaño.
Pólipos hiperplásicos
La gran mayoría de los pólipos hiperplásicos son benignos y de pequeño tamaño. Existe un tipo, los pólipos serrados, que sí tienen capacidad de malignizar.
Pólipos hamartomatosos
Los pólipos hamartomatosos son benignos, aparecen en personas con una enfermedad genética hereditaria llamada “Síndrome de poliposis hamartomatosa juvenil”.
Pólipos inflamatorios
Los pólipos inflamatorios son benignos, se deben a la inflamación crónica del colon por enfermedades como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Cómo saber si tengo pólipos en el colon
La mejor prueba para la detección y extirpación de los pólipos es la colonoscopia.
En la colonoscopia el médico utiliza un endoscopio flexible con una cámara en el extremo que transmite las imágenes a una pantalla, permitiendo ver el interior del colon con detalle. Con este procedimiento, el médico puede identificar y resecar los pólipos del colon o recto durante el mismo procedimiento. En la gran mayoría de centros la colonoscopia se realiza bajo sedación, por lo que el paciente no siente dolor ni malestar durante la prueba.
Existen otras pruebas diagnósticas capaces de detectar pólipos como la colonoscopia virtual, examen radiológico en el que se combinan las fotografías realizadas por tomografía computarizada para crear una imagen tridimensional del colon.
Dado que la mayoría de los pólipos no producen sangrado, la prueba de cribado de sangre oculta en heces no sirve como método diagnóstico de pólipos, siendo una prueba de cribado de cáncer colorrectal.
¿Es grave tener pólipos en el colon?
En general, tener pólipos en el colon no es grave si se detectan a tiempo y se tratan adecuadamente. Es importante que se realice una colonoscopia regularmente para poder detectarlos de forma precoz. La mayoría de los pólipos se pueden extirpar durante la colonoscopia sin necesidad de cirugía.
Es importante tener en cuenta que los pólipos en el colon no siempre se convierten en cáncer. La mayoría de los pólipos son pequeños y no cambian con el tiempo. No obstante, algunos tienen capacidad de malignizar, por eso es clave que la población de riesgo participe en programas de detección precoz.
Los programas de cribado de cáncer de colon son clave para la detección precoz de pólipos peligrosos
El cribado de cáncer de colon tiene como objetivo reducir la frecuencia y mortalidad del cáncer colorectal. Para ello, se realizan pruebas que detectan el cáncer colorrectal en sus etapas más tempranas, cuando todavía no ha producido síntomas y es posible la curación.
Pruebas de cribado de cáncer de colon
- Sangre oculta en heces (SOH): detecta sangre microscópica.
- Colonoscopia: la más eficaz, permite el diagnóstico y resección de los pólipos. Si la colonoscopia no encuentra alteraciones, la siguiente prueba de cribado puede realizarse a los 10 años.
- Colonografía por tomografía computarizada (TC): pacientes con SOH positiva en las que está contraindicada la colonoscopia.
En España, se recomienda iniciar el cribado a los 50 años si no existen otros factores de riesgo.
Tratamiento: Cómo se quitan los pólipos
La mayoría de los pólipos pueden ser resecados mediante la técnica de polipectomía endoscópica. No obstante, pólipos de gran tamaño o lesiones escasamente protuberantes, pueden precisar de técnicas sofisticadas de resección endoscópica, como la resección endoscópica mucosa o la disección endoscópica de la submucosa, para lo que es necesario un elevado grado de especialización.

En Ingaled estamos especialmente dedicados a este tipo de procedimientos. La mayoría de los pólipos son totalmente asintomáticos, mientras que si el paciente desarrolla síntomas (sangrado o alteraciones en el hábito intestinal) el paciente suele presentar estadios avanzados de la enfermedad. En consecuencia, los programas de cribado que nos facilitan un diagnóstico en fases precoces, son esenciales para garantizar la curación de esta patología y, dado que se evitan muchas cirugías y tratamientos con quimioterapia, una reducción en los costes para los sistemas sanitarios.
Dieta y alimentación
Existen ciertos hábitos que pueden aumentar o disminuir el riesgo de cáncer colorrectal.
- Mantener un peso saludable, realizar ejercicio físico de forma habitual, no fumar y moderar el consumo de alcohol disminuyen este riesgo.
- Se recomienda una dieta rica en fibra, fruta y verduras. Consumir alimentos preferentemente pescado, aves de corral y lácteos.
- Limitar el consumo carne roja, carne procesada, cocinada muy hecha o en contado directo con el fuego, ya que pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
Patologías relacionadas
Existen diversas patologías que aumentan el riesgo de cáncer de colon, aunque no todos los pacientes con estas enfermedades van a desarrollar cáncer.
- Enfermedad inflamatoria intestinal: Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn con afectación del colon, éstas producen una inflamación crónica que puede dar lugar a un cáncer con el paso de los años.
- Síndrome de Lynch: alteración genética hereditaria que aumenta el riesgo de diferentes tipos de cáncer entre ellos el de colon, ovario y útero.
- Síndrome de poliposis adenomatosa juvenil: enfermedad hereditaria en la que aparecen numerosos pólipos en colon y recto que deben de extirparse por el elevado riesgo de degeneración maligna.
Si tienes síntomas, te preocupan tus antecedentes familiares o sospechas que tienes patología en el colon, consulta con un médico especialista para poder realizar el estudio adecuado.
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Gastritis crónica

Gastritis atrófica, gastritis erosiva
La gastritis crónica es una inflamación permanente de la mucosa del estómago asociada a la infección por Helicobacter pylori, entre otras posibles causas. En la mayor parte de los casos, se trata de una afectación superficial de la mucosa, pero en ocasiones evoluciona y si no se trata a tiempo puede llegar a ser el origen de enfermedades más graves como el cáncer de estómago. A través de este artículo descubrirás qué es exactamente la gastritis crónica, sus síntomas y causas y las opciones de tratamiento y seguimiento endoscópico avanzado a las que puedes acceder hoy en día para detectar precozmente lesiones preneoplásicas y evitar complicaciones y la necesidad de cirugía.
Definición
La gastritis crónica es una inflamación crónica del revestimiento del estómago que puede ser causada por diferentes factores como las infección por Helicobacter pylori, una afección autoinmune o el abuso de determinadas sustancias o medicinas.
La gastritis crónica representa una entidad que, en algunos casos, puede incrementar el riesgo de padecer un cáncer de estómago. En concreto, sucede cuando este proceso inflamatorio crónico de la mucosa gástrica conduce finalmente a la atrofia de la mucosa gástrica o el desarrollo de metaplasia intestinal, que es lo que realmente se relaciona con la posible progresión a cáncer gástrico.
Órganos afectados
El órgano principal afectado es el estómago, aunque también puede haber afectación de la mucosa esofágica o duodenal.
Síntomas y factores de riesgo
Los síntomas más comunes de la gastritis crónica incluyen:
- dolor abdominal localizado en la región epigástrica (“la boca del estómago”)
- náuseas y vómitos
- sensación de saciedad y pérdida de apetito
- indigestión o acidez estomacal

Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica y programar una cita con tu médico de atención primaria o un gastroenterólogo.
Por otra parte, en muchos casos de gastritis crónica el paciente no refiere síntomas significativos, por lo que no tendría motivo aparente para reclamar atención médica. Por ello, en personas con antecedentes familiares de cáncer gástrico es necesario realizar medidas preventivas, que podrían representar únicamente la realización de pruebas no invasivas para la detección de Helicobacter pylori, y en caso de resultado positivo, realizar entonces una gastroscopia para una evaluación detallada de la mucosa gástrica.
Existen algunos factores que incrementan el riesgo de desarrollar alguna forma de gastritis, como el estrés crónico, la edad avanzada, la historia familiar de gastritis o cáncer gástrico, el consumo de tabaco y el consumo excesivo de café o alcohol, así como el consumo habitual de algunos alimentos, como carnes ahumadas o salazones.
Causas de gastritis crónica
Las causas más comunes de la gastritis son:
- Infección crónica por Helicobacter pylori.
- Lesión autoinmune de la mucosa gástrica (puede ir asociada a otras enfermedades autoinmunes, como las patologías tiroideas).
- Consumo excesivo de alcohol y tabaco.
- Uso prolongado de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Se estima que el 50-80 % de la población general puede presentar una gastritis crónica, si bien es cierto que la mayoría de los casos serán leves, asintomáticos y totalmente intrascendentes, especialmente en los casos de gastritis crónica supeficial asociada a la infección por Helicobacter pylori.
Gastritis crónica originada por Helicobacter pylori
La gastritis crónica es una inflamación de la mucosa del estómago que puede ser causada por la bacteria Helicobacter pylori. Esta bacteria está presente en más del 50 % de nuestra población y la mayoría de las personas infectadas desarrollarán una gastritis crónica superficial.

Se trata de la infiltración de la mucosa por células inflamatorias, con una respuesta ciertamente particular de los linfocitos a la presencia de la bacteria. En la mayoría de los casos, no hay progresión de la gastritis a estadios más avanzados y, si la erradicación de la bacteria se produce en esta fase, los cambios producidos en la mucosa son totalmente reversibles.
En algunos pacientes con ciertas particularidades constitucionales, probablemente ligadas a su constitución genética y, por lo tanto, posiblemente hereditarias, y si se da la presencia de ciertos cofactores (ambientales, tóxicos, etc.) se puede producir la progresión a los estadios más avanzados.
En algunos pacientes la reacción linfocitaria adquiere tal dimensión que puede ser el origen de una neoplasia denominada linfoma MALT (del tejido linfoide asociado a la mucosa). En muchos casos la erradicación de la bacteria es suficiente para lograr la curación del linfoma. En los casos más avanzados, deben realizarse adicionalmente tratamientos oncohematológicos específicos que pueden incluir quimioterapia, radioterapia, terapias biológicas, trasplante de células madre y otros enfoques terapéuticos.
En otros pacientes, la gastritis crónica superficial progresa a una gastritis crónica con atrofia de la mucosa o la metaplasia intestinal. En este tipo de gastritis, se adelgaza la mucosa, se atrofian las glándulas y se pierden ciertas células. La metaplasia intestinal es el grado máximo de atrofia, dado que la mucosa gástrica normal es sustituida por una mucosa en la que existen células especializadas productoras de moco como las que hay en la mucosa intestinal.
Estos cambios pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer gástrico, especialmente en pacientes en los que los cambios afectan a todo el estómago. Estas personas, además de recibir tratamiento erradicador de la Helicobacter pylori, deben ser incluidas en programas específicos de seguimiento, como los que llevamos a ca debo en la Consulta especializada en alto riesgo de cáncer digestivo de Ingaled.
Gastritis crónica relacionada con enfermedades autoinmunes
En un 5% de casos, aproximadamente, la gastritis crónica puede atribuirse a factores autoinmunes, participando en su patogenia los anticuerpos anti-células parietales y anti-factor intrínseco, autoanticuerpos dirigidos contra células específicas del estómago o proteínas producidas por las mismas.
En concreto, el factor intrínseco es una proteína producida en el estómago, a la que ha de unirse la vitamina B12 que ingerimos, para poder ser absorbida. La presencia de gastritis crónica autoinmune asociada a anemia por déficit de B12 representa lo que comúnmente se conoce como anemia perniciosa.
Otras causas de gastritis crónica
Por otra parte, hay otros factores causales, que por sí solos o asociados a otros, pueden contribuir a la aparición de gastritis crónica. Es el caso del abuso de alcohol o tabaco, la existencia de reflujo duodenogástrico (biliar), ciertos medicamentos (antiinflamatorios no esteroideos, especialmente), ciertos alimentos (especias, ahumados, salazones…), ciertas enfermedades sistémicas (insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, etc), e incluso riesgo ocupacional en personas que trabajan con materiales que emanan gases o vapores tóxico. Sobre alguno de estos factores existe evidencia científica consistente que establece su asociación, aunque en su mayoría es muy escasa.
Diagnóstico y evolución
El diagnóstico de la gastritis crónica exige la realización de una gastroscopia. El especialista en Aparato Digestivo puede observar la inflamación y la erosión en la mucosa gástrica. Aunque la endoscopia actual con cromoendoscopia virtual, magnificación, etc. casi puede garantizar un diagnóstico correcto, se recomienda la realización de biopsias, que se tomarán por separado en cada una de las partes del estómago, para evaluar la gravedad y la extensión de la enfermedad. También se pueden realizar pruebas de sangre o heces para detectar la infección por Helicobacter pylori.
Se han aceptado internacionalmente las clasificaciones OLGA (referida a la atrofia) y OLGIM (referida a la metaplasia intestinal), siendo los pacientes con estadios más avanzados los que reflejan una mayor intensidad de las lesiones y una mayor extensión de estas. Son, en consecuencia, estos pacientes los que habrán de ser sometidos a endoscopias periódicas (con biopsias) para detectar precozmente el desarrollo de lesiones neoplásicas.
En el cáncer gástrico se ha establecido la secuencia metaplasia – displasia – carcinoma, que siguen la mayoría de los tumores gástricos, por lo que tenemos una enorme ventana de tiempo en la que podemos detectar lesiones preneoplásicas o neoplasias precoces, que podremos tratar mediante resección endoscópica, evitando así cirugías cruentas y, especialmente, la mortalidad por cáncer gástrico.
El pronóstico de la gastritis crónica depende de su causa y de la gravedad de la inflamación. Si no se trata, la gastritis crónica puede provocar complicaciones como úlceras gástricas, sangrado gastrointestinal o incluso cáncer gástrico.
Tratamiento
El tratamiento de la gastritis crónica depende de la causa subyacente.
- Si la causa es una infección por Helicobacter pylori, se puede tratar con una combinación de antibióticos y medicamentos para reducir la producción de ácido en el estómago.
- Si la causa es el uso prolongado de AINE, se pueden prescribir otros medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación. También se pueden prescribir medicamentos para reducir la producción de ácido en el estómago y proteger la mucosa gástrica.
- Además, se pueden recomendar cambios en el estilo de vida, como evitar el consumo de tabaco y alcohol, seguir una dieta saludable y equilibrada, y reducir el estrés.
- Los medicamentos que reducen la producción de ácido, como los inhibidores de la bomba de protones, también pueden ser útiles para aliviar los síntomas. No obstante, el abuso de los mismos, aunque existen datos contradictorios en la literatura médica, podría contribuir al desarrollo de gastritis atrófica.
Es importante destacar que el tratamiento para la gastritis crónica puede ser un proceso prolongado y que puede requerir cambios en el estilo de vida a largo plazo para prevenir una recurrencia.
Pruebas relacionadas
Las pruebas más comunes relacionadas con la gastritis crónica incluyen:
- Gastroscopia
- Cromoendoscopia
- Análisis de sangre para detectar la infección por Helicobacter pylori
- Análisis de heces para detectar sangre oculta en las heces
Dieta y alimentación
La dieta y la alimentación pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento de la gastritis crónica. Es importante evitar los alimentos que pueden irritar la mucosa gástrica, como el café, el alcohol, las bebidas gaseosas, los alimentos fritos y picantes y los alimentos grasos. Se recomienda una dieta rica en frutas y verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos.
Resumen
En resumen, la mayoría de los casos de gastritis crónica se asocian a la infección por Helicobacter pylori. Para su diagnóstico es imprescindible la realización de una gastroscopia con toma de biopsias (mapeo gástrico). En los casos de gastritis crónica con atrofia de la mucosa o metaplasia intestinal, que afecta a toda o la mayor parte del estómago, es en la única situación en la que existe incremento del riesgo de padecer cáncer gástrico. En estos pacientes habrá de realizarse el tratamiento erradicador de la bacteria y establecer un protocolo de seguimiento endoscópico a largo plazo.
Consultas especializadas
Si experimentas síntomas de gastritis crónica o tienes factores de riesgo, es importante buscar atención médica. Programa una cita en las consultas especializadas de Ingaled.
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Patologías relacionadas
Las patologías relacionadas con la gastritis crónica incluyen la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), úlceras gástricas, úlceras duodenales y cáncer gástrico.
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Cáncer de esófago

Cáncer esofágico: Causas, síntomas y tratamientos
Definición
El cáncer de esófago es una enfermedad grave que se desarrolla cuando se multiplican células anormales en el tejido del esófago. Es la sexta causa más común de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo, y aunque es poco frecuente tiene una elevada tasa de mortalidad si no se diagnostica y se trata a tiempo. En consecuencia, la realización de una endoscopia para su diagnóstico precoz es esencial.
Las lesiones precoces, tanto en el caso del carcinoma epidermoide como del adenocarcinoma, pueden ser extirpadas endoscópicamente, evitando así una cirugía muy agresiva con elevado riesgo de complicaciones.
Signos y síntomas del cáncer de esófago
En las primeras fases del cáncer de esófago, puede no haber signos ni síntomas. Sin embargo, a medida que el cáncer de esófago progresa puede causar síntomas como:
- dificultad para tragar
- dolor torácico
- pérdida de peso inexplicable
- ronquera
- tos persistente
- vómitos
- dolor óseo si el cáncer se ha extendido a los huesos.
- sangre en el vómito o las heces
- sensación de un bulto o masa en el estómago
- inflamación de los ganglios linfáticos del cuello
Tipos de cáncer de esófago
Los dos tipos principales de cáncer de esófago son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma, que representan alrededor del 96 % de todos los casos. Otros tipos menos frecuentes son los linfomas, sarcomas, carcinomas de células pequeñas y cistoadenocarcinomas.
Factores de riesgo y prevención
Aunque se desconoce la causa exacta del cáncer de esófago, ciertos factores aumentan el riesgo. Entre ellos se encuentran el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, que pueden dañar el ADN de las células situadas en el esófago y provocar un crecimiento canceroso. Además, padecer una enfermedad llamada esófago de Barrett, o tener antecedentes de ERGE, puede aumentar el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
La mejor forma de prevenir el cáncer de esófago es evitar los factores de riesgo y seguir una dieta sana, mantener un peso saludable y limitar el consumo de carne procesada y roja también puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer de esófago suele incluir una exploración física, una endoscopia y pruebas de imagen.
Tratamiento y evolución
El tratamiento suele consistir en cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia. El pronóstico depende del estadio del cáncer y de la edad y el estado general de salud del paciente.
Resumen
El cáncer de esófago es una enfermedad grave y potencialmente mortal. Aunque se han identificado muchos factores de riesgo, aún no está claro qué lo causa. Es importante conocer los signos y síntomas para poder detectarlo y tratarlo en sus primeras fases. La prevención es la mejor estrategia, y reducir los factores de riesgo puede contribuir en gran medida a reducir las posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer.
Pruebas relacionadas
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Patologías relacionadas
Enfermedad por reflujo gastroesofágico
ERGE
Definición
La enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno en el que el contenido del estómago fluye hacia atrás (reflujo) en el esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago. El reflujo puede ser doloroso y causar inflamación y daño a la mucosa del esófago.