Gastritis crónica

Gastritis atrófica, gastritis erosiva
La gastritis crónica es una inflamación permanente de la mucosa del estómago asociada a la infección por Helicobacter pylori, entre otras posibles causas. En la mayor parte de los casos, se trata de una afectación superficial de la mucosa, pero en ocasiones evoluciona y si no se trata a tiempo puede llegar a ser el origen de enfermedades más graves como el cáncer de estómago. A través de este artículo descubrirás qué es exactamente la gastritis crónica, sus síntomas y causas y las opciones de tratamiento y seguimiento endoscópico avanzado a las que puedes acceder hoy en día para detectar precozmente lesiones preneoplásicas y evitar complicaciones y la necesidad de cirugía.
Definición
La gastritis crónica es una inflamación crónica del revestimiento del estómago que puede ser causada por diferentes factores como las infección por Helicobacter pylori, una afección autoinmune o el abuso de determinadas sustancias o medicinas.
La gastritis crónica representa una entidad que, en algunos casos, puede incrementar el riesgo de padecer un cáncer de estómago. En concreto, sucede cuando este proceso inflamatorio crónico de la mucosa gástrica conduce finalmente a la atrofia de la mucosa gástrica o el desarrollo de metaplasia intestinal, que es lo que realmente se relaciona con la posible progresión a cáncer gástrico.
Órganos afectados
El órgano principal afectado es el estómago, aunque también puede haber afectación de la mucosa esofágica o duodenal.
Síntomas y factores de riesgo
Los síntomas más comunes de la gastritis crónica incluyen:
- dolor abdominal localizado en la región epigástrica (“la boca del estómago”)
- náuseas y vómitos
- sensación de saciedad y pérdida de apetito
- indigestión o acidez estomacal

Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica y programar una cita con tu médico de atención primaria o un gastroenterólogo.
Por otra parte, en muchos casos de gastritis crónica el paciente no refiere síntomas significativos, por lo que no tendría motivo aparente para reclamar atención médica. Por ello, en personas con antecedentes familiares de cáncer gástrico es necesario realizar medidas preventivas, que podrían representar únicamente la realización de pruebas no invasivas para la detección de Helicobacter pylori, y en caso de resultado positivo, realizar entonces una gastroscopia para una evaluación detallada de la mucosa gástrica.
Existen algunos factores que incrementan el riesgo de desarrollar alguna forma de gastritis, como el estrés crónico, la edad avanzada, la historia familiar de gastritis o cáncer gástrico, el consumo de tabaco y el consumo excesivo de café o alcohol, así como el consumo habitual de algunos alimentos, como carnes ahumadas o salazones.
Causas de gastritis crónica
Las causas más comunes de la gastritis son:
- Infección crónica por Helicobacter pylori.
- Lesión autoinmune de la mucosa gástrica (puede ir asociada a otras enfermedades autoinmunes, como las patologías tiroideas).
- Consumo excesivo de alcohol y tabaco.
- Uso prolongado de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Se estima que el 50-80 % de la población general puede presentar una gastritis crónica, si bien es cierto que la mayoría de los casos serán leves, asintomáticos y totalmente intrascendentes, especialmente en los casos de gastritis crónica supeficial asociada a la infección por Helicobacter pylori.
Gastritis crónica originada por Helicobacter pylori
La gastritis crónica es una inflamación de la mucosa del estómago que puede ser causada por la bacteria Helicobacter pylori. Esta bacteria está presente en más del 50 % de nuestra población y la mayoría de las personas infectadas desarrollarán una gastritis crónica superficial.

Se trata de la infiltración de la mucosa por células inflamatorias, con una respuesta ciertamente particular de los linfocitos a la presencia de la bacteria. En la mayoría de los casos, no hay progresión de la gastritis a estadios más avanzados y, si la erradicación de la bacteria se produce en esta fase, los cambios producidos en la mucosa son totalmente reversibles.
En algunos pacientes con ciertas particularidades constitucionales, probablemente ligadas a su constitución genética y, por lo tanto, posiblemente hereditarias, y si se da la presencia de ciertos cofactores (ambientales, tóxicos, etc.) se puede producir la progresión a los estadios más avanzados.
En algunos pacientes la reacción linfocitaria adquiere tal dimensión que puede ser el origen de una neoplasia denominada linfoma MALT (del tejido linfoide asociado a la mucosa). En muchos casos la erradicación de la bacteria es suficiente para lograr la curación del linfoma. En los casos más avanzados, deben realizarse adicionalmente tratamientos oncohematológicos específicos que pueden incluir quimioterapia, radioterapia, terapias biológicas, trasplante de células madre y otros enfoques terapéuticos.
En otros pacientes, la gastritis crónica superficial progresa a una gastritis crónica con atrofia de la mucosa o la metaplasia intestinal. En este tipo de gastritis, se adelgaza la mucosa, se atrofian las glándulas y se pierden ciertas células. La metaplasia intestinal es el grado máximo de atrofia, dado que la mucosa gástrica normal es sustituida por una mucosa en la que existen células especializadas productoras de moco como las que hay en la mucosa intestinal.
Estos cambios pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer gástrico, especialmente en pacientes en los que los cambios afectan a todo el estómago. Estas personas, además de recibir tratamiento erradicador de la Helicobacter pylori, deben ser incluidas en programas específicos de seguimiento, como los que llevamos a ca debo en la Consulta especializada en alto riesgo de cáncer digestivo de Ingaled.
Gastritis crónica relacionada con enfermedades autoinmunes
En un 5% de casos, aproximadamente, la gastritis crónica puede atribuirse a factores autoinmunes, participando en su patogenia los anticuerpos anti-células parietales y anti-factor intrínseco, autoanticuerpos dirigidos contra células específicas del estómago o proteínas producidas por las mismas.
En concreto, el factor intrínseco es una proteína producida en el estómago, a la que ha de unirse la vitamina B12 que ingerimos, para poder ser absorbida. La presencia de gastritis crónica autoinmune asociada a anemia por déficit de B12 representa lo que comúnmente se conoce como anemia perniciosa.
Otras causas de gastritis crónica
Por otra parte, hay otros factores causales, que por sí solos o asociados a otros, pueden contribuir a la aparición de gastritis crónica. Es el caso del abuso de alcohol o tabaco, la existencia de reflujo duodenogástrico (biliar), ciertos medicamentos (antiinflamatorios no esteroideos, especialmente), ciertos alimentos (especias, ahumados, salazones…), ciertas enfermedades sistémicas (insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, etc), e incluso riesgo ocupacional en personas que trabajan con materiales que emanan gases o vapores tóxico. Sobre alguno de estos factores existe evidencia científica consistente que establece su asociación, aunque en su mayoría es muy escasa.
Diagnóstico y evolución
El diagnóstico de la gastritis crónica exige la realización de una gastroscopia. El especialista en Aparato Digestivo puede observar la inflamación y la erosión en la mucosa gástrica. Aunque la endoscopia actual con cromoendoscopia virtual, magnificación, etc. casi puede garantizar un diagnóstico correcto, se recomienda la realización de biopsias, que se tomarán por separado en cada una de las partes del estómago, para evaluar la gravedad y la extensión de la enfermedad. También se pueden realizar pruebas de sangre o heces para detectar la infección por Helicobacter pylori.
Se han aceptado internacionalmente las clasificaciones OLGA (referida a la atrofia) y OLGIM (referida a la metaplasia intestinal), siendo los pacientes con estadios más avanzados los que reflejan una mayor intensidad de las lesiones y una mayor extensión de estas. Son, en consecuencia, estos pacientes los que habrán de ser sometidos a endoscopias periódicas (con biopsias) para detectar precozmente el desarrollo de lesiones neoplásicas.
En el cáncer gástrico se ha establecido la secuencia metaplasia – displasia – carcinoma, que siguen la mayoría de los tumores gástricos, por lo que tenemos una enorme ventana de tiempo en la que podemos detectar lesiones preneoplásicas o neoplasias precoces, que podremos tratar mediante resección endoscópica, evitando así cirugías cruentas y, especialmente, la mortalidad por cáncer gástrico.
El pronóstico de la gastritis crónica depende de su causa y de la gravedad de la inflamación. Si no se trata, la gastritis crónica puede provocar complicaciones como úlceras gástricas, sangrado gastrointestinal o incluso cáncer gástrico.
Tratamiento
El tratamiento de la gastritis crónica depende de la causa subyacente.
- Si la causa es una infección por Helicobacter pylori, se puede tratar con una combinación de antibióticos y medicamentos para reducir la producción de ácido en el estómago.
- Si la causa es el uso prolongado de AINE, se pueden prescribir otros medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación. También se pueden prescribir medicamentos para reducir la producción de ácido en el estómago y proteger la mucosa gástrica.
- Además, se pueden recomendar cambios en el estilo de vida, como evitar el consumo de tabaco y alcohol, seguir una dieta saludable y equilibrada, y reducir el estrés.
- Los medicamentos que reducen la producción de ácido, como los inhibidores de la bomba de protones, también pueden ser útiles para aliviar los síntomas. No obstante, el abuso de los mismos, aunque existen datos contradictorios en la literatura médica, podría contribuir al desarrollo de gastritis atrófica.
Es importante destacar que el tratamiento para la gastritis crónica puede ser un proceso prolongado y que puede requerir cambios en el estilo de vida a largo plazo para prevenir una recurrencia.
Pruebas relacionadas
Las pruebas más comunes relacionadas con la gastritis crónica incluyen:
- Gastroscopia
- Cromoendoscopia
- Análisis de sangre para detectar la infección por Helicobacter pylori
- Análisis de heces para detectar sangre oculta en las heces
Dieta y alimentación
La dieta y la alimentación pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento de la gastritis crónica. Es importante evitar los alimentos que pueden irritar la mucosa gástrica, como el café, el alcohol, las bebidas gaseosas, los alimentos fritos y picantes y los alimentos grasos. Se recomienda una dieta rica en frutas y verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos.
Resumen
En resumen, la mayoría de los casos de gastritis crónica se asocian a la infección por Helicobacter pylori. Para su diagnóstico es imprescindible la realización de una gastroscopia con toma de biopsias (mapeo gástrico). En los casos de gastritis crónica con atrofia de la mucosa o metaplasia intestinal, que afecta a toda o la mayor parte del estómago, es en la única situación en la que existe incremento del riesgo de padecer cáncer gástrico. En estos pacientes habrá de realizarse el tratamiento erradicador de la bacteria y establecer un protocolo de seguimiento endoscópico a largo plazo.
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Patologías relacionadas
Las patologías relacionadas con la gastritis crónica incluyen la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), úlceras gástricas, úlceras duodenales y cáncer gástrico.
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Marzo: mes de la concienciación sobre el cáncer colorrectal
- El cáncer colorrectal es el tipo de cáncer más común en España, con más de 41.000 casos clínicos diagnosticados en 2022.
- Para combatir esta enfermedad, es fundamental una detección precoz. Los programas de cribado de cáncer colorrectal (CCL) permiten detectar lesiones precancerosas y extirparlas antes de que progresen mediante una colonoscopia.
- La concienciación de la sociedad sobre la importancia de realizar controles periódicos a las personas de riesgo es clave para salvar vidas.
Marzo es el mes de concienciación del cáncer colorrectal, el más frecuente en España. Gracias a los avances en la medicina y la tecnología, hoy en día existen opciones de tratamiento efectivas para luchar contra esta enfermedad que permiten prevenirla y tratarla sin necesidad de pasar por una cirugía. En Ingaled somos especialistas en la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de colon y recto y disponemos de una Consulta especializada en alto riesgo de cáncer digestivo. En este artículo, hablamos sobre la la importancia de realizar controles periódicos de seguimiento en los grupos de riesgo de cáncer colorrectal y de las pruebas más avanzadas para realizar su diagnóstico y tratamiento.
El Instituto Gallego de Enfermedades Digestivas cuenta con especialistas altamente cualificados en el diagnóstico y tratamiento del cáncer colorrectal y de sus lesiones precursoras. La colonoscopia permite la detección de las lesiones colorrectales y su curación mediante procedimientos terapéuticos avanzados (resección endoscópica mucosa y la disección submucosa endoscópica). Como explica su director, el Dr. David Martínez Ares, "La colonoscopia es un salvavidas para muchas personas. Supone un gran avance en la detección precoz y la curación del cáncer colorrectal porque permite extirpar lesiones precancerosas y también tumores de forma no invasiva, justo en el momento de su descubrimiento, sin necesidad de cirugía".
Incidencia
Se estima que entre un 5 y un 6% de la población padecerá a lo largo de su vida cáncer colorrectal o una de sus lesiones precursoras; se trata, en efecto, del tumor digestivo más frecuente. Se trata del segundo tipo de cáncer más frecuente tanto en hombres como en mujeres, después del cáncer de próstata y de mama respectivamente, y representa la segunda causa de muerte por cáncer2.
Supervivencia
La supervivencia de los pacientes diagnosticados con cáncer colorrectal es de aproximadamente un 54% a los 5 años del diagnóstico. Sin embargo, esta supervivencia es mucho mayor, en torno al 90%, cuando se detecta la enfermedad en estadios iniciales. Un programa de cribado o detección precoz podría mejorar considerablemente el pronóstico de esta enfermedad e incluso prevenirla.
Cuándo es importante realizar pruebas de control
El cáncer colorrectal es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, pero existen algunos factores que aumentan el riesgo de desarrollarlo. Algunos de estos factores de riesgo son:
- Edad: El riesgo de cáncer colorrectal aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 50 años. No obstante, en algunos países está en discusión la posibilidad de adelantar la edad de inicio del cribado a los 45 años.
- Antecedentes familiares: Las personas que tienen antecedentes familiares de cáncer colorrectal tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. Si un familiar cercano (padre, madre, hermano/a) ha tenido la enfermedad, el riesgo es aún mayor.
- Antecedentes personales: Las personas que han tenido pólipos (crecimientos anormales en el colon o el recto) o cáncer colorrectal previo tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de nuevo.
- Enfermedades inflamatorias del intestino: Las personas que tienen enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
- Dieta: Una dieta rica en grasas, carnes rojas y procesadas, y baja en fibra y vegetales puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
- Sedentarismo: La falta de actividad física puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
Estos factores aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer colorrectal por eso es importante realizar revisiones médicas periódicas, para detectar la enfermedad en sus primeras etapas o incluso lesiones precursoras de la misma y aumentar así las posibilidades de prevención y curación.
Grupos de riesgo: Personas que deberían realizar controles periódicos
Es importante tener en cuenta que no todas las personas tienen el mismo riesgo de padecer un cáncer de colon y recto. Así, se divide la población en tres grupos de riesgo: población de bajo riesgo, población de riesgo medio y población de alto riesgo. El cribado de cáncer colorrectal se recomienda a la población de riesgo medio y alto.
Si te encuentras entre los siguientes grupos, es importante planificar la realización de pruebas de control de forma periódica, como la colonoscopia, para detectar a tiempo posibles lesiones precancerosas o tumores.
Cómo deben ser los controles según el grupo de riesgo
Población de riesgo medio
La colonoscopia es muy útil en la prevención del cáncer colorrectal en personas de riesgo medio. Este grupo de personas es el más común y no tiene antecedentes familiares ni condiciones que predispongan al cáncer. La estrategia de prevención en este grupo es el diagnóstico precoz del cáncer o de las lesiones preneoplásicas para asegurar un tratamiento con las mejores posibilidades de curación. Si se detectan pólipos, la colonoscopia y la polipectomía pueden curar las lesiones y prevenir la aparición del cáncer colorrectal.
En la mayoría de los países donde se ha implementado un programa de cribado, las sociedades científicas recomiendan como pruebas de cribado el test de sangre oculta en heces, y en aquellos en los que este es positivo, la realización de una colonoscopia.

Personas con antecedentes de polipectomía o cáncer colorrectal
La vigilancia es necesaria en personas que han sido sometidas a la extirpación de pólipos o tratados por cáncer de colon, debido a la posibilidad de que el paciente tenga lesiones sincrónicas pequeñas que podrían no haber sido detectadas en la colonoscopia inicial. La colonoscopia es la única exploración aceptada para este tipo de pacientes y la periodicidad dependerá del tipo de lesiones presentes.
Personas con enfermedad inflamatoria intestinal
El riesgo de desarrollar cáncer de colon en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, especialmente colitis ulcerosa, aumenta en pacientes con enfermedad extensa y en aquellos con antecedentes familiares de cáncer de colon, colangitis esclerosante primaria y enfermedades inflamatorias persistentes.
La mejor forma de prevenir la aparición de cáncer de colon en estos pacientes es la detección precoz de displasia, que es el principal marcador de riesgo de cáncer, y se lleva a cabo mediante colonoscopias con toma de biopsias de la mucosa colorrectal.
Personas con antecedentes familiares de CCR
El riesgo de cáncer de colon y recto en un individuo se incrementa si hay antecedentes familiares de la enfermedad, incluso si se descarta la presencia de síndromes hereditarios de poliposis y cáncer colorrectal. Este riesgo depende del número de familiares afectados, el grado de parentesco y la edad a la que se desarrolló la enfermedad en los familiares afectados.
- Si los familiares afectados están emparentados en segundo grado, especialmente si estos son múltiples, se recomienda iniciar el programa de cribado a los 40 años, con las mismas estrategias que para la población de riesgo medio.
- Si existen antecedentes en familiares de primer grado que han tenido la enfermedad a una edad avanzada (por encima de los 60), la estrategia de cribado es la misma.
- Si hay antecedentes de primer grado que han padecido cáncer a una edad temprana (antes de los 60 años y, especialmente, a una edad inferior a los 50 años), se recomienda realizar una colonoscopia cada 5 años, comenzando a los 40 años o 10 años antes que la edad del caso más joven diagnosticado en la familia.
- Si hay un único familiar en primer grado con edad superior a los 60 años, las recomendaciones son las mismas que para varios familiares en segundo grado afectados.
Pruebas clave en el diagnóstico de cáncer colorrectal
Algunas de las pruebas clave para detectar lesiones precancerosas o diagnosticar y extirpar cáncer colorrectal que realizamos en Ingaled son:
Colonoscopia
Una colonoscopia es un procedimiento médico que permite examinar la patología del área ano rectal, del colon y la parte final del intestino delgado mediante la introducción de un colonoscopio a través del ano. Si durante la exploración se detectan lesiones que requieren de terapia endoscópica, se pueden tratar en el mismo momento, evitando la necesidad de someterse a una segunda exploración. Esto es común cuando se encuentran lesiones sangrantes, pólipos que necesitan ser extirpados, entre otros casos.
Endoscopia terapéutica e intervencionista
La endoscopia digestiva no es una técnica exclusivamente diagnóstica. A través de la endoscopia terapéutica e intervencionista se puede realizar la extirpación de pólipos en el colon y recto o la resección endoscópica mucosa de lesiones colorrectales.
Cromoendoscopia
La cromoendoscopia es una técnica endoscópica que utiliza colorantes o tecnología digital para mejorar la visualización de las lesiones del tubo digestivo durante una endoscopia. Esta técnica permite ver con mayor claridad los límites de las lesiones y caracterizar mejor su tipo y si son malignas o benignas.
Resumen
En la prevención del cáncer colorrectal, la colonoscopia juega un papel clave. La exploración endoscópica del colon y recto es esencial en el diagnóstico de las lesiones neoplásicas y preneoplásicas en el intestino grueso. Además, las técnicas terapéuticas como la polipectomía o las más complejas técnicas de mucosectomía o disección endoscópica de la submucosa, permiten la extirpación de algunas de estas lesiones.
En resumen, la detección precoz del cáncer colorrectal es crucial para mejorar las tasas de supervivencia. Los programas de cribado y las nuevas técnicas de endoscopia preventiva y terapéutica no invasivas son fundamentales en la lucha contra esta enfermedad. La exploración endoscópica del colon y recto es fundamental en el diagnóstico de las lesiones neoplásicas y preneoplásicas en el intestino grueso. Además, las técnicas terapéuticas como la polipectomía o la disección endoscópica de la submucosa, permiten la extirpación de algunas de estas lesiones. En el Instituto Gallego de Enfermedades Digestivas, contamos con especialistas altamente cualificados para realizar este tipo de pruebas. Si perteneces a alguno de los grupos de riesgo o tienes síntomas intestinales que te preocupan solicita una consulta en nuestra clínica.
Fuentes
- Asociación Española Contra el Cáncer y epdata.es
- Martínez Ares, D. y Millán Cachinero, C. (Instituto Gallego de Enfermedades Digestivas). (2011). Prevención del cáncer de colon y recto: el papel de la colonoscopia [Informe].
Cáncer de esófago

Cáncer esofágico: Causas, síntomas y tratamientos
Definición
El cáncer de esófago es una enfermedad grave que se desarrolla cuando se multiplican células anormales en el tejido del esófago. Es la sexta causa más común de muerte relacionada con el cáncer en todo el mundo, y aunque es poco frecuente tiene una elevada tasa de mortalidad si no se diagnostica y se trata a tiempo. En consecuencia, la realización de una endoscopia para su diagnóstico precoz es esencial.
Las lesiones precoces, tanto en el caso del carcinoma epidermoide como del adenocarcinoma, pueden ser extirpadas endoscópicamente, evitando así una cirugía muy agresiva con elevado riesgo de complicaciones.
Signos y síntomas del cáncer de esófago
En las primeras fases del cáncer de esófago, puede no haber signos ni síntomas. Sin embargo, a medida que el cáncer de esófago progresa puede causar síntomas como:
- dificultad para tragar
- dolor torácico
- pérdida de peso inexplicable
- ronquera
- tos persistente
- vómitos
- dolor óseo si el cáncer se ha extendido a los huesos.
- sangre en el vómito o las heces
- sensación de un bulto o masa en el estómago
- inflamación de los ganglios linfáticos del cuello
Tipos de cáncer de esófago
Los dos tipos principales de cáncer de esófago son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma, que representan alrededor del 96 % de todos los casos. Otros tipos menos frecuentes son los linfomas, sarcomas, carcinomas de células pequeñas y cistoadenocarcinomas.
Factores de riesgo y prevención
Aunque se desconoce la causa exacta del cáncer de esófago, ciertos factores aumentan el riesgo. Entre ellos se encuentran el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, que pueden dañar el ADN de las células situadas en el esófago y provocar un crecimiento canceroso. Además, padecer una enfermedad llamada esófago de Barrett, o tener antecedentes de ERGE, puede aumentar el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
La mejor forma de prevenir el cáncer de esófago es evitar los factores de riesgo y seguir una dieta sana, mantener un peso saludable y limitar el consumo de carne procesada y roja también puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer.
Diagnóstico
El diagnóstico del cáncer de esófago suele incluir una exploración física, una endoscopia y pruebas de imagen.
Tratamiento y evolución
El tratamiento suele consistir en cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia. El pronóstico depende del estadio del cáncer y de la edad y el estado general de salud del paciente.
Resumen
El cáncer de esófago es una enfermedad grave y potencialmente mortal. Aunque se han identificado muchos factores de riesgo, aún no está claro qué lo causa. Es importante conocer los signos y síntomas para poder detectarlo y tratarlo en sus primeras fases. La prevención es la mejor estrategia, y reducir los factores de riesgo puede contribuir en gran medida a reducir las posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer.
Pruebas relacionadas
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Patologías relacionadas
Esófago de Barrett
El esófago de Barrett es una afección en la cual el revestimiento del esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago, se vuelve anormal debido a la exposición prolongada al ácido del estómago. Esto ocurre por un fallo de una válvula (llamada esfínter esofágico inferior) que es la encargada de impedir el retroceso de lo que entra en el estómago. El esófago de Barrett representa una secuela a largo plazo de la enfermedad por reflujo gastroesofágico un trastorno funcional digestivo.